Aunque nadie lea, o pocos.
Aunque sólo yo lo haga
Aunque no tenga sentido ni esté bien estructurado.
Porque a mí me importa, y me interesa.
Aunque no interese a quien quiero que interese.
Porque sí, porque me gusta.
Aunque suponga un esfuerzo.
De vez en cuando.
Para purgar toda esa maraña de sin-sentidos.
Para dejar constancia de lo que tal vez olvide.
Por pasar el rato.
Por costumbre.
En forma de carta, de mensaje.
En forma de ruego, de cuento, de diario.
Una entrada, una nota, una libreta.
Un sobre, una dirección.
Aunque no lo envíe.
Porque antes lo hacía más, mucho más, y ahora menos.
Sin saber si mis palabras han viajado o se han quedado estancadas.
Esperando, de verdad, que se entiendan.
Y no esperando, la verdad, lo que ocurre, lo que es.
Pero bueno, de vez en cuando algo surge, algo malo, algo carente de valor.
Pero al menos ha surgido, y yo le he dado importancia, y mientras yo sepa dársela no he perdido tanto.