
Cuando me cansé de Japón decidí inventar la máquina del tiempo. Y me dije.. ¿a dónde voy? ¡Ya sé! Quiero aparecer en primera plana delante de las Torres Gemelas en sus últimas horas de vida! (este experimento corrobora que si se realizan cambios en el pasado, nuestro presente actual no varía, sino que se crea un presente paralelo en el las cosas son distintas debido a ese cambio -a mí por ejemplo se me busca como principal sospechosa del atentado por vaticinarlo unas horas antes-).
Como me di cuenta de que la cosa se tornaba seria, decidí usar de nuevo mi máquina del tiempo y meterme en asuntos políticos más "leves" (otro universo paralelo).
Cansada de tanto protagonismo volví a mi universo de origen en el que os encontráis vosotros -es el número 12*10^9999...n veces...99-. Pero no me fui a cualquier sitio, eso está claro. Lo mío es la aventura...
...así que después de jugar con fuego, decidí que era poca cosa para mí y me largué a un sitio más caliente con mi lanzadera espacial particular. Lo llaman el planeta rojo...
... pero claro, incluso yo termino cansada de tanto calor. Así que me dije.. ¿qué puedo hacer para combatirlo? Podría haberme ido a Plutón, pero no me quedaba gasolina. Se me ocurrío volver a la Tierra y me conformé con subir el Everest. Claro que para ponerle un poco de emoción lo hice sin cuerdas y sin material especializado. Allí me hice un amigo que sigue creyendo que soy un espejismo.
Un día, cansada de tanto intelectualismo, decidí indagar en lo más hondo y profundo de nuestra sociedad: las cloacas. Es interesante ver cómo se desenvuelve esta extraña fauna en su hábitat natural. Yo, para no llamar la atención, les seguí el juego y pasé desapercibida.
Pero aquella experiencia me volvió loca. Empecé a sentir miedo de no volver a ser nunca la misma de antes... Y claro, todos sabemos que el miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento y al final terminas en el lado oscuro.. por supuesto mi entrada fue triunfal. Me convertí en la primera primerísima de los Siths, con Anakin a mi lado.
Pero descubrí que tenía un hijo de los buenos y me volví al lado claro otra vez. Entonces me dije: ¡vamos a Japón! Y pos me fui, claro. Allí me compré vestiditos de colegiala...
...tendría que haber previsto que estar tan cerca de dios y de los pastorcillos me haría rememorar viejos tiempos. Supongo que fue el aburrimiento. Eso, o los villancicos. O echar de menos a Anakin. El caso es que volví a caer en el lado oscuro (es más divertido).
...Murcia, y usé la máquina del tiempo para ver el número de lotería que saldría ganador este año -como sólo vi la tele y no cambié nada pude volver a mi universo actual-. Compré todos los décimos de dicho número -regalé un par a mis amigos- y me tocó la lotería...


