lunes, 16 de enero de 2012

Próxima entrada...

... mis regalos de Navidad y noticias varias.

I promise.


martes, 3 de enero de 2012

Y entonces...

... ocurre.

Te quedas parada, quieta, muy quieta. Has vuelto a pensarlo. Se muestra tal como es. No sabes durante cuanto tiempo. Buscas, primero con más calma, la mejor manera de ignorarlo. Después con más ansiedad. Cuanto más lo intentas, menos lo consigues. Hierve la sangre.

Se va.

Al rato. A los días. Tras dormir. Porque sí, con razón o sin ella.

Y vuelve.

Y se vuelve a ir.

Se acumulan flashes esporádicos que emborronan las razones que tenías. Todo lo lógico se queda difuso.

Vuelves a verlo claro.

Y entonces, de nuevo, olvidas los porqués, y te haces preguntas que a nadie vas a formular.

Y así, sucesivamente, hasta no se sabe cuándo.