viernes, 2 de octubre de 2015

Octubre 2015. Y hacia delante, lentamente.

Cierro los ojos y me voy lejos. Donde no necesito dinero para salir a la calle. Donde los horarios no asfixian ni el tiempo es incertidumbre. Recorro los intrincados senderos de antaño, solo para asomarme, solo para recordar lo de la bufanda, el gorro, la falda, los leotardos, la lluvia, el parque, el banco.
Me voy a otro país donde no hablan español y empiezo de cero, y vivo nostálgica pero extrañamente en paz. Hago todas esas cosas que sé que puedo hacer y las disfruto.
Cierro los ojos y no pienso en mañana, ni en el mes que viene.
Prefiero pensar en despertar sobre la rama de un árbol, toda empapada. Asomarme a la ventana de aquella habitación de piedra por donde la bruma de la mañana se colaba bordando la estancia de sosiego. Tan blanca esa luz. Tan sordo el rumor en la lejanía.
La playa, la orilla, cogeando.
En lo alto, sonriendo, haciendo que cuente. Que merezca la pena.
Yo, soñando, ayer, hoy y, seguramente, mañana.
Palabras y más palabras se escapan de la maraña de ideas que juegan en mi cabeza y que ignoro todos los días. O casi todos.

domingo, 9 de agosto de 2015

AGOSTO PERPETUO




Me encuentro sumergida en un Agosto interminable. Dicen que hoy es día 9, pero yo sé que esa cifra no significa nada, que habla de otro Agosto, uno que figura como título en la hoja de un calendario y que terminará en la basura cuando llegue Septiembre.

No, mi Agosto no empezó hace 9 días, ni terminará el 31. No recuerdo su comienzo y no preveo su final. Pero puedo describir perfectamente cómo es, cómo se esconde a veces, cómo reaparece inevitablemente en toda su inmensidad y me envuelve, arropándome con mantas de lana y felpa, asfixiándome entre sus bocanadas de calor.

En Agosto los días son más largos.  El zumbido del ventilador es una constate de fondo que aprendes a ignorar, el agua fría es un pequeño respiro, y la monotonía, bueno, no es más que un eufemismo que disfraza unos grilletes atados a tus tobillos.

Cuántas cosas que se pueden hacer en Agosto, cuando las 24h del día son tuyas. Cuántas cosas, peor aún, cuando se convierten en las 24h más largas de la historia, igual que las de ayer, igual que las de mañana.

Pasará, ¿no? Llegará Septiembre. En Septiembre la gente vuelve a la ciudad que abandonaron en Agosto, hay más vida, más movimiento. Pero este Septiembre no vuelve nadie. No para mí. Este septiembre no se irá el calor. Este Septiembre mi habitación seguirá llena de huellas de recuerdos de tantos años pasados, y mi casa seguirá teñida de invariabilidad.
¿Y Octubre? Octubre no es más que otro Agosto que se esconde tras los quehaceres. Pero eso es bueno, ¿no? Tener quehaceres, matar el tiempo, ser útil, ser alguien de provecho, hacer, hacer y hacer. Claro, eso es bueno. 

Agosto es una gran mancha de nada que te agarra como el fango. Es una mirada ausente a una pared blanca sentada en una cama de sábanas deshechas. Es una fuente de inspiración para los locos, cuando dejan de hacer cosas y permiten a sus cerebros tomar las riendas.

Así que yo hago lo imposible por dejar mi Agosto a raya, por que no devore mi alma. Voy a la piscina a ponerme morena y que esa ropa tan colorida y veraniega que me he comprado en rebajas me quede mucho mejor. No me paro a pensar en que probablemente no salga del armario (¿o lo estoy haciendo ahora?) Da igual, yo sigo iendo, a veces, a tumbarme en una hamaca, ponerme mi música, respirar sol, y darme un baño rapidito –por si me quitan las cosas- cuando el calor empieza a ser apabullante.
Recorro diariamente las calles de mi barrio con mi Lucas al lado, y siempre vuelvo con sudor en la espalda. Tal vez un día me ponga mi vestido nuevo, y así lo estreno, con Lucas a mi lado. Lo de los tacones mejor no, por la caminata.

Cojo el coche y hago viajes esporádicos a la playa, porque hay que matar el Agosto, hay que dejarle claro que tú mandas, hay que hacer algo, y a mí me encanta la playa, así que la aprovecho como aprovecho las hamacas de la piscina, y paso las horas escuchando lo de siempre, pensando en quién sabe qué, remojándome un poco, o intentando perderme en otro libro.
Así es Agosto. Es, a fin de cuentas, un gran alivio que unos llaman vacaciones y una gran mentira para los que jamás salimos de él.

Otros días, bueno, otros días sencillamente los grilletes pesan demasiado y no haces nada. Somos débiles a veces, ¿no? 

¿Y qué hago hoy? Hoy escribo, que es mi gran reto y mi gran miedo. No escribo nada de valor, para qué vamos a engañarnos, pero estos minutos que dedico a teclear no se harán eternos, y la necesidad de compartir mi Agosto con el resto de Agostos sanos se mitigará un poco.

No os confundáis, mi Agosto terminará. No preveo el final, pero creo en él. 

Si te encuentras sumergido en un Agosto como el mío, un Agosto lleno de grandes nadas, un consejo: no te creas lo de los grilletes, es mentira.

lunes, 17 de marzo de 2014

Cita (no es mía)

"No podemos dehacer las cosas. Podemos dejarlas atrás y seguir adelante, pero no podemos deshacerlas. Forman parte de nosotros, nos cambian por dentro, pero, a medida que pasan otras cosas, seguimos cambiando".

"Pues ya ves. La putada llega en lo de dejar atrás" (esto si es mío)

miércoles, 8 de mayo de 2013

Best o the Best of GLEE

In my opinion, and obviously forgeting some perfect songs, those videos are... well... just ARE.

[spoilers]



 



sábado, 27 de abril de 2013

A veces no queda otra cosa más que pensar.

Recuerdo un día, aunque no qué día en particular, ni el mes, ni el año., hace tiempo. También recuerdo que ya escribí sobre ello; quizá busque ahora el escrito, tiene que estar por ahí. Creo que caminaba por mi calle. Lo que recuerdo bien es lo que me puse a pensar. Fue uno de esos momentos en que uno tiene una revelación profunda y trascendente que un millón de personas han tenido antes que tú pero que, aún así, te hace recapacitar. Ahí va:

Me puse a pensar en los segundos que iban pasando mientras andaba por la calle. Un segundo. Otro. Todos perdidos. No de manera negativa, simplemente, idos. Pasados. Únicos e irreversibles. Y pensé en lo única que yo era. Y lo única que era esa otra persona que caminaba por la misma calle que yo. Porque justo en esos momentos, en ese lapso de tiempo, en esos segundos que yo iba gastando mientras elaboraba mi razonamiento, era yo, y sólo yo, en todo el universo, quien ocupaba ese espacio. Y nadie nunca, jamás, lo haría al mismo tiempo que yo (Menos mal que no me puse a pensar en realidades alternativas). Otros lo harían, pero tiempo después. Y tanta gente, como yo -de hecho todo el mundo- sería el protagonista de un lapso de tiempo en un espacio determinado. Y sólo yo, y cada uno, vería el mundo desde una perspectiva única. Desde mi altura, a través de mis ojos, en la posición que ocupaba, con una determinada luz, con un determinado estado de ánimo, con el azar o la voluntad que guía el hecho de que esté mirando hacia un lado y no hacia otro.

Y nada más. No recuerdo qué hice después.

sábado, 20 de abril de 2013

Más escritos que encuentro rebuscando en el trastero de los 15 años

 BALANZA



Te está acariciando... besa tu frente.
Es ese aire que suaviza tus mejillas. Abre los ojos y siéntelo. ¿No quieres explorar ese mundo maravilloso? Déjate llevar... no tienes nada que perder. Si tienes miedo, permanece con los ojos cerrados... pero siente.
¿Sientes esa calma? Escucha como susurran tu nombre... ellos, los que quieren que seas feliz. ¿No vas a acercarte a ellos? ¿No quieres conocerlos? Escucha sus cantos, mira cómo juegan. Da un paso más y avanza.
No dudes... no pienses. Haz lo que sabes que deseas. Aquello que anhelas. Tú te lo mereces. Mereces esa felicidad. ¿No ves como todo el mundo te espera? Acércate a ellos y déjate abrazar. Nunca sufrirás.
Avanza, no pienses, siente, y dame una respuesta...


...Lágrimas. ¿Son lágrimas eso que veo? ¿Lloras ante la felicidad? Este mundo está creado con cada pincelada de tu corazón. Te lo ofrecemos. Ven, mira, obsérvalo. ¿Los ves? ¿Ves a esa gente? Sí, son ellos. Son todos ellos. Todos están aquí, y te sonríen a ti. ¿No quieres ir? Todos han ocupado un hueco en tu corazón... sus existencias determinan la tuya. ¿Crees que podrías vivir sin su cariño? Ve, sé feliz. ¿Qué deseas?...


...Conduces tu mano hacia ese mundo. Quieres tocarlo. Quieres sentirlo... Sé que lo deseas, por eso no has dejado de mirarlo. Por eso tus ojos están bañados en lágrimas. ¿Lo has visto a él? Sí, lo has visto, una de tus lágrimas lleva su nombre. Te está esperando... lo sabes, ¿verdad? ¿Los ves a ellos? Aquí, Lara, son felices. Jamás te dejarán sola, nunca te abandonarán. Pero no hace falta que te lo diga. Sé que puedes sentirlo. Lo sé porque tu alma te delata. ¿Por qué no dejas de sufrir y te agarras a lo que deseas? ¿No es eso lo que siempre has querido?...


...Estás temblando, no dejas de mirar, tu labios articulan palabras que se deshacen en el aire... ¿Por qué dudas tanto? ¿Por qué no dejas de llorar? Si es esto todo lo que deseabas, ¿por qué no has dado ni un solo paso? Ingenua. ¿Acaso crees que tras esa puerta encontrarás la felicidad? Sólo tienes que observar el resquicio... es oscuro... la luz no existe en ese mundo. ¿Cómo es posible que dudes? La balanza está sobre la mesa. La puerta, el aire... El mundo que te muestro es mucho mejor que ese que dejas atrás. Está al alcance te tu mano. Lo tienes ante ti....
Ahora toma tu decisión. Siente el aire, la calidez de las almas que te esperan, la vida, esa nostalgia que siempre te atormenta desaparecerá, la felicidad cubrirá cada rincón de tu cuerpo... todo. Sólo tienes que dar un paso y el aire te guiará....



“¡¡¡NOOOOOOOOOO!!! ¡¡¡NOOOOOOO!!!”



¡¿Cómo?! ¡¿Das media vuelta?! ¡¿Te despides del mundo de la felicidad?! ¡¡Insensata!! ¡¿Por qué?! He visto en tus lágrimas lo que realmente deseas... ¿por qué no lo aceptas? Si abres esa puerta, nunca más podrás volver...


“Pues no volveré”.

PLOMP.

La puerta se ha cerrado... ¿por qué lo hizo? No lo entiendo... ¿se dio cuenta? ¿No conseguí engañarla? Era perfecto... ella se dejaba llevar por sus verdaderos sentimientos... Ella lo deseaba de verdad. Lo vi en sus ojos. Vi cómo lo miraba a él. Vi el temblor de sus piernas... Y, a pesar de eso, dio media vuelta y se fue.
¿Se dio cuenta de que esto no es real? ¿Consiguió ver a través del velo de sus deseos?... Es posible que tuviera ilusiones. Tal vez quiere crear ella misma este mundo. Tal vez desea darle luz al mundo que hay tras la puerta. Incluso.. tal vez, derramará otra lágrima por él. Y lo sabe. Pero, aun así, es su elección.

Entonces... ¿es feliz encontrando su propia felicidad?


jueves, 18 de abril de 2013

Debía tener unos 15 años cuando escribí esto:

El frescor matinal entraba por una pequeña ventana envolviéndolo todo. La suavidad de los trazos que componían la habitación era abrumadora, y pequeñas sombras envolvían cada rincón. Inmersa en una especie de sueño relajante, comenzó a despojarse de las prendas que la cubrían: deslizó por sus piernas de seda un pantaloncito blanco y lo arrojó a un rincón; siguió con la camiseta y, en el recorrido, despeinó sus cabellos negros. Camiseta y pantalón se reunieron mientras observaba el suelo raso que pisaban sus pies descalzos. Estaba frío. Miró su reflejo en el espejo y le dedicó una sonrisa melancólica. Se dio la vuelta, se metió en su bañera y abrió el grifo. En pocos segundos un hilo de agua comenzó a resbalar por su hombro, su espalda, sus piernas... y, al poco
tiempo, una capa incolora de un exquisito y fresco elixir la cubría por completo. Sus ojos se cerraron con gesto apacible. Sereno. Levantó la cabeza, y el agua golpeó sus párpados y bañó sus pestañas. Era maravilloso. Si se concentraba, podía distinguir el tacto de cada gota como seda escurridiza entre sus dedos, el fresco olor de la mañana, el sonido de la lluvia al caer... El azul se volvía azul brumoso. Los tonos blancos, neblina. Dejó que su pelo cubriera por completo sus oídos y el sonido se fue alejando cada vez más. O eso, o era ella la que se alejaba pues, en poco tiempo, se encontró en medio de una calle vacía y mojada por la lluvia. El sonido monótono de las gotas golpeando el asfalto recordaba al silencio, y el cielo, que no dejaba de llorar, estaba más azul que nunca. Desnuda, sin moverse, el frío no le importaba.

Una silueta se abrió paso entre una cortina de agua, justo delante de ella. Sus cabellos mojados besaban una cálida sonrisa y, sus ojos, oscuros y blancos a la vez, la devoraban a varios metros de distancia. Apenas se movió durante unos segundos, tiempo suficiente para que sus miradas se encontraran. En ese preciso instante, la abordaron multitud de recuerdos y, creyendo que se iba despertar, la chica alargó su brazo y le tendió la mano. Él tan sólo sonrió. Ella no quiso entenderlo, por qué no la tocaba, no quiso pensar, no quiso afrontar, desvió su mirada, no quiso llorar. Hasta que comprendió y alzó la vista hacia él. Una lágrima asomó en sus ojos y se perdió como una gota de lluvia. Esa sonrisa que tanto anhelaba, él se la estaba regalando. Pero nada más. Por cercano que lo sintiera, estarían siempre separados por un vacío infranqueable. Jamás podría suceder. Justo en el momento en que se giraba para marcharse, corrió y se aferró a él. Lo tocó y lo sintió sin tocarlo. El agua la abrazaba y besaba sus labios y, con los ojos cerrados, vivió la calidez de su aliento y la suavidad de su piel. Pronto dos siluetas se hicieron una, y la lluvia los envolvió aislándolos de todo lo que no fueran él y ella... ella y él. Como si de una despedida se tratase, siguió aferrada a su mentira, tozuda, ansiosa, grabándose cualquier detalle que se le pudiera escapar. Hasta el mismo infinito le habría parecido un instante. Por eso, cuando él se separó y le dijo adiós hasta desaparecer, ella creyó que jamás había ocurrido. No pudo dejar de llorar mientras se alejaba su más preciado anhelo. Esta vez, para siempre.

Y abrió los ojos para despertar y ver una sola gota caer. Una lágrima, una gota de agua, una perla quimérica, su elixir de esperanza. Cerró el grifo, se sentó y rodeó sus rodillas con los brazos. Acurrucada, dejó que el agua terminara por extinguirse. Dijo adiós a las hadas diminutas y sintió un frío infinito que la hizo tiritar. Su mirada se posó en un reflejo de luz que atravesaba la bañera, y siete colores aparecieron delante de ella. Siete colores cálidos, igual que una sonrisa.

jueves, 14 de febrero de 2013

Me quieres y lo sabes :)

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Los votos se cuentan con el número de "me gusta" de facebook y de twitts. ¡Te lo agradezco mucho, seas quien seas! (soy un encanto, ya lo sé.)

http://foreverdai.com/post/43032987114/otra-concursante-mas-lara-y-su-perro-lucas

P.D: Lucas también os lo agradece.