Juicio

El día que me citaron sólo fue para hacer el reconocimiento en persona. Y sí, lo reconocí. A parte de eso, estuve alli 3 horas para nada más. Se trasladó el juicio al día 5 a las 10 y media: hoy.

Acabo de llegar del juicio. No sé si me apetece contar con detalles todo lo que ha pasado o qué. Creo que será mejor que haga un resumen -aunque todos sabemos que mis resúmenes suelen ser bastante extensos-.
Para empezar, ayer vinieron dos familiares a mi casa a pedirme que no declara contra el acusado en cuestión. Me dijeron que él juraba y perjuraba que no había sido, e hicieron incapié en que yo me estaba equivocando de persona, que él era muy bueno, que nunca iba bebido, que en el trabajo nunca se quejaban. Me sentó mal todo eso. Y no por las maneras, porque fueron muy educados, sino por el hecho de venir a cohibirme, un día antes. Sí, se me encogió el corazón. ¿Y qué podía yo hacer? Sabía muy bien que sí que era él. Lo reconocí. Me di cuenta de que se les iba de las manos un poco cuando no se aclaraban mucho con sus propios comentarios. "Él no bebe nunca" (sin embargo la noche que lo vi por la mirilla iba borracho perdido, y ése si que es él), "estaba en otro sitio y hay testigos", a lo que le respondo que en todo caso, si tiene coartada que lo expusieran al día siguiente en el jucio; que llevaran los testigos, pero que yo tenía que decir la verdad. También dijeron que iba a declarar la chica a la que pegaron del 2º (ahí ya me di cuenta de las mentiras que estaban soltando. Porque desde luego, si declaraba diciendo que nadie le hizo nada es bajo una amenaza). Y la gota que colma el vaso: cuando veían que yo lo único que les decía es que me aseguraría de que era él antes de declarar -para ver si se iban de una vez- me ofrecieron dinero a cambio de cambiar mi declaración. Les dije que yo no quería nada. Me dieron las gracias y se fueron.
No sé si fue teatro o no, pero estaban muy preocupados. Y fueron muy respetuosos. Y a mí me hicieron pasar una tarde horrible. Se lo conté a la policía y me dijeron que eso era coacción y que tenía que contarlo al día siguiente en el juicio. Eso he hecho.
Primero ha declarado el acusado sólo. Luego he entrado yo delante del acusado y con mi familia, y he respondido a las preguntas relatando todos los hechos. No voy a dar muchos detalles: sólo decir que antes de declarar me hicieron jurar que decía la verdad porque, en caso de mentir, cometería un delito que se paga con la cárcel dadas las magnitudes del juicio. El fiscal, que se supone que es mi defensor, ha comenzado a preguntarme, y desde el primer momento ha hecho preguntas con doble intención para ver si yo caía. Cosas así como: yo digo que la policía me enseñó el archivador de los fichados el día después del 24, que fue cuando me atracaron, y la denuncia la puse el 29. Yo seguía hablando y entonces él me cortaba y decía: entonces usted denunció y ese mismo día hizo la rueda de reconocimiento. "no, no he dicho eso, he dicho que el reconocimiento lo hice un día después de los hechos". Así durante media hora más o menos. Después me ha interrogado el abogado defensor (que no era de oficio, sino un abogado de paga) y más de una vez ha intentado hacer como que había dicho cosas que no eran ciertas, hasta el punto de que el mismo juez le ha dicho: "no, la testigo no ha dicho eso, ha sido bastante explícita". Cuando he terminado de testificar, me he sentado junto a mi familia y le ha tocado el turno de hablar al fiscal. Me he sosprendido. Sé que tenía que defenderme. Pero un fiscal -al que no conocía de nada- se basa en unos hechos que va conociendo durante el juicio, y si el testigo (yo) no aporta datos coherentes no tiene nada que hacer. Incluso sé ques i yo hubiera tenido abogado, el fiscal pasa a ser neutro y puede incluso ponerse en mi contra. Pues bien, no sólo me ha defendido (que en el interrogatorio parecía que iba a por mí) sino que se ha tirado más de 5 minutos diciendo que se agradecía mucho la exactitud con la que había contado los hechos, que todos los detalles dados coincidían unos con otros a la perfección. Que había sabido explicar muy bien las preguntas que me lanzaba el abogado defensor. Que está claro que no es cierto que este hombre nunca va borracho porque tenía antecedentes de conducción bajo los efectos del alcohol, y de posterior quebrantamiento de la sentencia que entonces le pusieran. Que los defensores del acusado decían que la noche de mi atraco se encontraba con unos amigos colombianos, pero que estas personas no habían querido declarar. Que había que reconocer mi valentía y me forma de exponer los hechos correctamente, porque de la misma forma en que había dicho con todo detalle lo que me hicieron y todo lo posterior, también había negado que ayer vinieran a amenazarme, sino que he dicho claramente "vinieron con muy buenos modos y fueron muy educados", a lo que volvían a decir: entonces dice ustes que tras la amenaza le ofrecieron dinero, y yo: "no, porque no hubo amenaza", "todo me lo pidieron por favor, sólo fue un diálogo y sí, me ofrecieron dinero y me dijeron que me equivocaba, pero no me amenazaron".
En fin, que lo curioso es que el mismo juez asentía según hablaba el fiscal. Que el fiscal se mostró sorprendido ante mi declaración, porque según él se agradecía la exactitud y los detalles de la narración, que suponía que era evidente que mi relato era el que se aproximaba completamente a la realidad, y que el acusado, además de no tener testigos -ha testificado su novia, pero lo que ha dicho más bien han empeorado las cosas para ellos- ni nada a su favor, y el hecho de que justo después de lo que pasó en el 2º se largara a Orihuela, el hecho de que yo supiera cosas que no podía saber si no era él la persona en cuestión blablabla dejaban claro que yo decía la verdad.

Después, el abodago defensor ha dicho un montón de gilipolleces como que, puesto que el día que me atracaron el tío aprovechó que yo abrí la puerta para entrar no usó las llaves, de lo que se deduce que si no usó las llaves no vive en ese lugar. Y que si me decía mientras me sujetaba que abriera la puerta era porque no sabía como se hacía, y por tanto se demostraba que no vivía ahí. ¿Pero qué me estás contando? Claro que no usó las llaves. Cuando entra un vecino y llego a esa misma vez tampoco uso las llaves porque la puerta está abierta. Y si voy a atracar a alguien desde luego no cierro la puerta, cojo las llaves, entro y la atraco. Vamos, que la defensa tenía agujeros por todos lados.

Total, que según mis padres -y a mí también me lo ha parecido- el juez tenía claro que yo decía la verdad, que sus coartadas no se sostenían por ningún lado, y que lo que se iba a debatir era o que le cayeran 4 años de cárcel (tengo que admitir que lo he flipado) o la repatriación. Parece ser que el trámite de repatriación estaba en curso a la espera de la celebración del juicio.

En fin, como habéis podido comprobar, mi resumen ha sido muy extenso. Lo siento, según escribo me acuerdo de cosas, y sé que se me pasan muchas. Como que la novia se pusiera a llorar delante de nosotros (literalmente delante) antes del juicio, o que se trajeran a un niño pequeño -toda la familia ahí reunida-. Todo para recordarme lo malísima que voy a ser si a ese hombre lo condenan.
Y mi madre sólo me decía: corazón frío, porque todo eso es teatro. Porque si quiere llorar, cosa lógica, no tiene que venir a hacerlo delante de nosotros cuando su familia está 10 metros más allá.
En fin, que el veredicto me lo envían por correo en unos 2, 3 o 4 días.
Nada más que decir.