Oscurece en este lado al recordar,
No temas, niña, que el dolor es pasajero.
No sufras, niña, que un día los llantos se apagarán.
No tengas miedo, niña, que alguien te abrazará
Mírame, niña asustada, que hoy seré yo quien cuide de ti.
“¿Cómo está tu corazón? ¿Ha descansado ya?
¿Recuperaste tu juventud?
Cuéntame cómo te va en ese otro lado.
Dime una cosa, la que sea.
Déjame saber que regalaste una sonrisa a paisajes desconocidos.
Y que te queda otra para mañana.”
Niña, cierra los ojos y piensa en él.
Un año es poco tiempo. Piensa qué sentiste.
El frío tacto de su piel. Sus ojos cerrados. Su gesto crispado.
Ven mi niña, cuéntamelo todo, que hoy no me separaré de ti.
“¿Eres feliz? ¿Vuelves a sonreír?
Quiero saber un poco más.
¿Has viajado? Regálame un recuerdo, el que sea.
Cuéntame qué desayunaste esta mañana.
¿Había alguien contigo?”
Mira hacia este lado, niña, que él una vez estuvo aquí.
Deja que el tiempo ponga remedio. Aguanta, pequeña, sin miedo.
Que lo que hoy es dolor, pronto será sosiego.
Te está mirando. No quiere que llores. Te recuerda, mi niña.
¿Lo ves? Guardó una sonrisa para mañana.
El mañana, ya es hoy.
¿Lo ves sonreír?
1 comentario:
Hola pekeña!!
No sabía que tenías un blog, lo acabo de descrubir desde el de yol, bueno, ahora te guardo para leerte a menudo
:****
PiRRa
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