sábado, 21 de abril de 2007

Sentimentalismo barato... absurdo... común... pero mío.

Siempre puedes mirar atrás y observar la vida tal y como era entonces. Si cierras los ojos puedes incluso sentir esa inocencia en tu interior, y percibir incluso una décima parte de lo que era tu corazón entonces. Porque el recuerdo no es más que una imagen. Imágenes sueltas, o secuencias que, como si de una película se tratase, desfilan por tu mente enseñándote una tercera persona que, aun siendo tú misma, percibes lejana. Pero cuando una oleada de nostalgia recorre tu cuerpo, estremeciendo hasta el último centímetro de tu piel, el corazón se te encoge y no puedes mover un músculo sin sentir dolor... es en esos momentos cuando el pasado te aborda, sin buscarlo. Viene a ti como un intruso, como un perturbador ocasional. Viene junto con una persona. Lo encuentras detrás de un lugar, escondido en un rincón de antaño. Y ahí está. Escondido, pero siempre ahí.

Un día quisiera visitar un lugar en el que encuentre toda la candidez y el reflejo de mis anhelos. Ha de ser cálido, y a la vez fresco como el rocío matinal. Habrá rincones escondidos por doquier, de esos que deseas encontrar porque poseen un encanto que jamás podrías olvidar. Me sentaría en un banco de madera, y cerraría los ojos. Respiraría hondo y sería totalmente perceptible a cualquier sensación que el exterior quisiera regalarme.

Si en un momento así nadie me acompaña, me sentiré la persona más sola del mundo, y querré llorar por no poder mejorar el momento con una conversación que me desnude el alma.Pero si alguien me acompaña, y es ESE alguien, creo que no podría existir momento en toda mi vida en que olvidara un solo segundo de ese día. Pero ahora ya no sé quién es ese alguien... y eso me deja vacía.

Dejando a parte los sentimentalismos, ¿qué más puedo decir? Estas vacaciones he salido casi todos los días. Puedo hablar de los dos extremos: lo he pasado realmente bien, y realmente mal. Así que he decidido hacer una media y decir que estas bajaciones han estado bien :)
En la entrada anterior escribí sobre el miedo a la vuelta, el miedo al mañana... sigue estando, claro que sí, y no sé si lo controlo mejor, pero al menos ahora he conocido un sitio donde siento una mínima seguridad... confianza, ilusión. ¡Y el otro día me hicieron un masaje de esos profesionales! No veas cómo te deja... ;p
Ayer fuimos al cine a ver "El número 23". Si queréis ver una película con ciertos puntos absurdos, predecible (aunque yo no predije el final xD) y donde seguro que te reirás (aun sin pretenderlo la película) id a verla^^ Pero es recomendable haber dormido bastante porque corréis el riesgo de dormiros en los puntos en los que la película "no avanza". Bueno, no ha estado tan mal, a mí no me dejó mal sabor de boca, pero tiene muchos puntos en los que dices: "por dios, qué tópico, qué estupido". Ams, no hagáis como yo: sí, todos los números que puedes ver en los escaparates o donde sea suman o restan o hacen 23 xD no hace falta que lo comprobéis.

En fin, life continues, y yo voy en ella.

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