De ese repiqueteo incesante que me ayuda a dormir.
De la humedad del ambiente.
Del reflejo del cielo en los charcos.
Del agua se se cuela en los zapatos.
Del azote del granizo cuando se precipita con furia.
Y apagar las luces para escucharla en la oscuridad.
Y correr y correr, calándome, buscando el refugio de los balcones, riendo.
Y ver el cielo iluminarse de noche.
Y escuchar, poco después, un trueno.
Y sonreir, porque el sonido de los coches arrasando arroyos, los truenos repentinos, el golpeteo metálico que cada gota imprime sobre una chapa, el silvido del viento, las ventanas cerrándose, el sonido de mi propia respiración, el tic tac del reloj de mi mesita de noche, todo, todo eso, para mí son calma.
3 comentarios:
Los días raros. como hoy.
Comentario anterior suprimido por su gran inteligencia. Autor: n0p.
A veces pareces imbécil xD
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